En esta sección damos la palabra al propio autor
Ricardo López Aranda ha presentado y explicado su obra en varios escritos, que hizo públicos en los programas de mano de las representaciones de sus obras, entrevistas, libros y autocríticas editadas en la prensa.
No hay mejor presentación de una obra que la que hace el propio autor, por esta razón hemos recogido los textos tal como fueron escritos. A menudo, sobre todo cuando el texto proviene del programa de mano de la obra, Ricardo López Aranda se dirige directamente al espectador que va a ver su obra en los minutos que siguen la lectura del mismo. Esto no es posible en Internet, pero les invitamos a leer las obras cuyos textos estén disponibles.
Autocrítica del autor
De todas las cosas que preceden a un estreno es, sin duda, esta de la obligada autocrítica la más inquietante para el autor, sobre todo porque presupone un conocimiento de la obra y una valoración de la misma que resulta casi imposible —al menos a mí me ocurre— por falta de perspectiva. Además me siento avergonzado por tener que hablar públicamente de mí mismo, ya que toda obra es, de una u otra manera —a veces la que más importa— , una parte del autor.
Diversas emociones, con el común denominador de la inquietud, me acosan en este momento en que el telón está a punto de levantarse. Mi deseo ha sido poner ante vuestros ojos un trozo de vida: hombres y mujeres que ríen, aman y sueñan y que, cuando la realidad roza su mundo de ilusión, se angustian y temen, sin dejar de sonreír y esperar. Mas, sobre todo, he querido hacer en esta obra una llamada a la esperanza, a la ternura, a la alegría sana y bulliciosa, al amor, ya balbuciente, ya apasionado; a la amistad y a todas esas pequeñas cosas que tanto amamos, pero que no confesamos en público; en una palabra: a todo lo que de maravilloso aún tenemos los hombres y que los escenarios quieren ignorar casi siempre.
Invocar mis pocos años como disculpa a sus defectos no me parece válido, pero sí quiero apelar a la benevolencia del espectador para algo más importante: para el insistente y apasionado esfuerzo de toda una juventud que trabaja en silencio la espera de una oportunidad.
Quiero señalar, por último, que cuantos defectos encontréis son solo míos, y si algo os agradase, se deberá, sin duda, al talento de los magníficos actores que me han tocado en suerte —José Bódalo, Milagros Leal, Antonio Ferrandis, Fernando Marín, Lola Cardona, Carlos Villafranca, Ana María Vidal, Gonzalo Cañas, María Luisa Herniosa, Pepita C. Velázquez, Isabel Ortega, Matilde Calvo y un grupo de chicos y chicas, valores nuevos que hacen por primera vez un papel largo—; a Sigfrido Burman, creador del extraordinario decorado, y, sobre todo, a José Luis Alonso, que ha puesto en el montaje de mi obra todo su talento y entusiasmo.
Ricardo López Aranda
Este texto fue editado en el libro "Teatro Español, 1960-1961" (Aguilar, pág. 317), que recoge la autocrítica que se publicó en el ABC y en el Ya, el 5 de mayo de 1961. Archivos del ABC - Autocrítica